Coaching de salud, ¿cómo funciona?

Coaching de salud, ¿cómo funciona?

Cuidar de uno mismo y de la propia salud es la forma más genuina de demostrar un saludable y necesario amor propio. Ser conscientes de lo que le sucede a nuestro cuerpo, de cuál es su estado de salud global y de a dónde queremos llevarlo es imprescindible para perseguir una vida más equilibrada y, por lo tanto, también más feliz.

El coaching de salud es un proceso en el que coach y paciente trabajan de forma conjunta por entender al organismo, conocer cuáles son sus carencias y cuáles sus excesos (teniendo siempre en cuenta tanto la parte emocional como la física y partiendo de la base que el cuerpo humano es un todo indivisible) y, en definitiva, hacer un diagnóstico y valoración del estado de salud actual.

Una vez tenemos claro qué es lo que le sucede al organismo y en qué punto se encuentra, exactamente, en su estado de salud, nos ponemos a trabajar para definir objetivos: ¿a dónde queremos llegar?, ¿cuál queremos que sea el estado final de salud? Del mismo modo en que nos podemos plantear objetivos a nivel profesional, lo haremos ahora en referencia a nuestro estado físico y psicológico.

Tener claro hacia a donde vamos será el primer paso de un camino hacia el éxito.

Una vez realizado este trabajo de conocimiento y reconocimiento, el coach se encarga de guiar y acompañar al paciente en la persecución de sus objetivos, pautando y aconsejando acerca de las conductas más adecuadas en cuanto a alimentación, ejercicio físico y estilo de vida.

El coach se mantiene al lado del paciente y trabaja por conseguir sus resultados, buscando siempre la opción más adecuada y personalizando al máximo este asesoramiento y acompañamiento, entendiendo que no hay dos personas iguales y que el proceso solo será eficaz si se entiende al 100% la forma de pensar, vivir y sentir del paciente.