La reflexología podal es una técnica terapéutica natural y holística que se fundamenta en el hecho de que las plantas de los pies son un reflejo de todas y cada una de las glándulas, órganos y partes del cuerpo. Así, la aplicación de presión sobre los diferentes puntos reflejos provoca una respuesta del sistema nervioso que ayuda a relajar y equilibrar todo el cuerpo.
Son muchas las dolencias que se pueden tratar de forma eficaz a través de la reflexología podal. En el caso concreto de los niños, por ejemplo, los trastornos del sueño, la dentición, los mocos o la digestión son solo algunos de los procesos que se pueden tratar, mejorando el estado de salud del pequeño y facilitando su bienestar.
Así, algunos de los beneficios de la aplicación de la reflexología podal en niños son la eliminación de toxinas en su cuerpo, la eliminación de tensiones, el alivio de dolores y la mejora de la circulación sanguínea, entre otros. En lo que refiere al vínculo entre papás y peques, en la aplicación de esta técnica en el cuidado del niño también le estamos transmitiendo cosas positivas a los niños, confianza, tranquilidad, seguridad… Son valores que se vinculan al tratamiento y que, de alguna manera, estamos traspasando a nuestros hijos al tratarlos, ofreciéndoles la posibilidad de crecer en un entorno más sano, pero también más feliz.
¿Cuáles son los puntos reflejos que se encuentran en las plantas de los pies?
Como ya hemos comentado, todos los puntos del cuerpo tienen su reflejo en los pies. En el siguiente dibujo vemos como cada uno se encuentra en un punto concreto de la planta. La detección de los diferentes puntos nos permitirá un tratamiento eficaz para cada dolencia.